EL PRINCIPITO DE AMÉRICA
Por chiquito y bonito. Un menor de las repúblicas de América.
El Salvador valiente y pequeño, Cabe en la punta del dedo del continente.
Su geografía estratégica le hace importante a los ojos del mundo.
Andrés Del Niño y Pedro de Alvarado primeros caras pálidas en verlo.
Dr. Julio Enrique Ávila acuñó al pulgarcito. La gigantona Mistral
Lo catapultó al mundo de las letras. Premio Nobel la Gabriela.
"Histórias prohibidas del Pulgarcito de América". Dalton
Pulgarcito de pulga. Mejor Principito de América. Elegante
Gabriela Mistral le apodó Pulgarcito; Exupery engendró Principito
Lindos nombres para un pequeño mundo y grande universo
Nequepio, Cuscatlán, Valle de Las Hamacas: El Salvador.
Centroamérica es su Patria Grande a unir. 6 estados.
“sus casas se alzan altaneras en las mismas faldas del volcán en furia.”
“sacudida por un ataque epiléptico. Cumbres y hondonadas, alturas.”
En las madrugadas, apenas Venus, el lucero grande, el nixtamalero, los despierta
El café: por todo el mundo, el negro elíxir, esencia de vida,
va estimulando y exaltando las potencias humanas.
Pero este diminuto lote y este conjunto de seres forman un país, una patria: El Salvador.
Este es El Salvador: "El Pulgarcito de América". Julio Enrique Avila, escribe
En CENIZAS DE IZALCO, Claribel Alegría, escribe:
“Un mundito ciego sobre otro mundito estrecho”
Habrá represión y violencia, profetiza Martí.
Echar a esos bandidos del poder de este
Minusculo y absurdo país. 1932.
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KIKE escribiendo este poema al PRINCIPITO DE AMÉRICA: El Salvador.
Cuentan que en 1941, Antoine de Saint-Exupéry, durante unos viajes por los Estados Unidos de Norteamérica, escribió “Le petit Prince” - “El Principito”- el cual recién salió publicado dos años después, en 1943. Personalmente creo que Saint-Exupéry se inspiró para contar cómo era la patria del principito, en los paisajes que vio y admiró durante una larga convalecencia acompañado de su esposa, la bella salvadoreña Consuelo Suncín, viuda del entrañable Enrique Gómez Carrillo, Príncipe de los Cronistas. Estos son los hechos históricos: en Buenos Aires, Antoine de Saint-Exupéry conoce en 1930 después de una conferencia de su amigo Benjamín Crémieux, a Consuelo Suncín, viuda del escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo, cuyas crónicas de viaje publicadas en los principales diarios del mundo, entre ellos “La Nación” (ver de este autor “El encanto de Buenos Aires”), despertaron desde niño en el futuro autor de El Principito, sus deseos de viajar y conocer el mundo. Fascinado por la bel...
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